Una exmodelo de 73 años, Anamá Ferreira, se convirtió en heroína inesperada al perseguir y reducir a un ladrón que intentó robarle la cartera a su amiga en pleno Palermo. En una noche que prometía diversión, la tranquilidad de la calle Dama de Bolini se vio interrumpida por la audaz acción de un delincuente que se acercó rápidamente a las mujeres. Sin embargo, lo que el ladrón no anticipó fue la reacción instantánea de Anamá, quien, entrenada en boxeo, decidió no quedarse de brazos cruzados.
“Salí corriendo como una loca”, relató Anamá, describiendo cómo su instinto la llevó a actuar sin pensar. Con determinación y agilidad, logró alcanzar al ladrón, y con la ayuda de tres repartidores que estaban en la zona, lo retuvieron tras un forcejeo intenso. A pesar de los riesgos, la exmodelo logró recuperar la cartera robada, un objeto que, más allá de su valor económico, simbolizaba la dignidad y la valentía.
La policía llegó poco después, y Anamá, aunque consciente de la imprudencia de su acción, no se arrepiente de haber intervenido. “No fue lo más inteligente, pero en el momento no pensé”, admitió. Su amiga, aliviada y agradecida, la miraba como si fuera una figura heroica en una película. Sin embargo, el acto de valentía también generó críticas. Algunos cuestionaron su decisión de arriesgar su vida por un objeto material, recordando que la inseguridad puede tener consecuencias fatales.
La historia de Anamá Ferreira resuena con fuerza en una sociedad cansada de la violencia y la impunidad. Su reacción, aunque impulsiva, refleja un deseo de no ser víctima en su propia vida. La inseguridad no discrimina, y en un instante, una exmodelo se convirtió en símbolo de coraje y determinación. Mientras la comunidad debate sobre la valentía y la locura, Anamá nos recuerda que, a veces, el impulso de proteger a los seres queridos puede llevar a actos heroicos inesperados.
