Un crimen brutal ha conmocionado a la ciudad de Cúcuta, Colombia, donde María José Estupiñán Sánchez, una joven de 22 años y estudiante de comunicación, fue asesinada de manera meticulosa y fría. El suceso, ocurrido el 15 de mayo de 2025, evoca el caso de Valeria Márquez, quien fue asesinada en Jalisco, México, solo dos días antes.

María José, conocida por sus amigos como “la mona”, tenía una vida llena de sueños y proyectos. Estudiaba en la Universidad Francisco de Paula Santander y era emprendedora, vendiendo trajes de baño y ropa deportiva a través de sus redes sociales. Sin embargo, su vida se apagó de forma trágica cuando un hombre, disfrazado de repartidor, le disparó en su propia casa tras entregarle un paquete aparentemente inocente.

La llamada de un número desconocido desencadenó el fatal encuentro. Al abrir la puerta, María José fue sorprendida por el atacante, quien, después de entregarle una caja de chocolates, le disparó en el rostro. La madre de la víctima, al escuchar el disparo, salió corriendo para ayudarla, pero fue demasiado tarde. María José no tenía signos vitales al llegar los servicios de emergencia.

Las autoridades han iniciado una investigación, centrando su atención en un posible feminicidio. La madre de María José asegura no conocer al agresor, mientras que la policía investiga antecedentes de violencia que pudo haber experimentado la joven en una relación tóxica con su expareja. Un día antes de su muerte, María José había recibido un fallo a su favor en un juicio por violencia doméstica, lo que ha llevado a muchos a cuestionar si su asesinato fue un crimen por encargo.

Este caso resalta la creciente preocupación por la violencia de género en Colombia y ha dejado a la comunidad en estado de shock. María José no solo era una influencer; era una hija, amiga y soñadora que anhelaba un futuro brillante. La ciudadanía exige justicia y respuestas ante un crimen que, aunque se asemeja al de Valeria Márquez, plantea preguntas inquietantes sobre la seguridad de las mujeres en la región.