La comunidad artística de Argentina se encuentra de luto tras el fallecimiento de Alejandra Darín, una destacada actriz y presidenta de la Asociación Argentina de Actores, a los 62 años. Su velatorio, que tuvo lugar en un ambiente cargado de emociones, se convirtió en un escenario de lágrimas, recuerdos y secretos compartidos.

Ricardo Darín, reconocido actor y hermano de la fallecida, llegó al lugar con una expresión que revelaba el profundo dolor que lo acompañaba. A su lado, su hijo, el Chino Darín, y su hija Clara también se unieron a la despedida, reflejando la pesada carga de la ausencia de Alejandra. Fausto y Antonia Bengoechea, hijos de Alejandra, mostraron su tristeza a través de gestos sinceros que conmovieron a los presentes. La corona de flores enviada por la Asociación Argentina de Actores, compuesta por una vibrante mezcla de rosas rojas, girasoles y jazmines, simbolizaba el cariño hacia una mujer que dejó una huella imborrable en el mundo del espectáculo.

El evento reunió a numerosas figuras del cine y la televisión argentina, quienes no solo asistieron para rendir homenaje a una colega, sino para recordar a una amiga y un pilar en sus vidas. Las miradas cruzadas y los abrazos prolongados sugirieron que la relación con Alejandra iba más allá de lo profesional.

A lo largo de su carrera, que comenzó a los 9 años en “La selva es mujer”, Alejandra se destacó por su capacidad de transformación en cada papel, dejando una marca indeleble. Como presidenta de la Asociación Argentina de Actores durante 14 años, su liderazgo fue reconocido, aunque también generó preguntas sobre cómo fue percibida por quienes no la conocieron en profundidad.

La presencia de su pareja, Alex Ben, también fue significativa en el velatorio, recordando una historia de amor que resistió el paso del tiempo. La tarde culminó con una reflexión colectiva sobre la importancia de valorar a quienes amamos antes de que sea demasiado tarde. La partida de Alejandra Darín no solo marca el final de una era en el arte argentino, sino una invitación a reconocer el impacto que las personas tienen en nuestras vidas.