**Yayo humilla a Milei en un cruce en vivo sobre economía**
En una jornada marcada por el choque de ideas, Yayo, conocido humorista y presentador, desnudó las falencias del candidato presidencial Javier Milei en un intenso debate sobre economía que dejó a todos boquiabiertos. La confrontación, transmitida en vivo, reveló no solo la falta de preparación de Milei, sino también su incapacidad para responder a las críticas fundamentadas en la historia económica.
Yayo, con su característico humor ácido, comenzó cuestionando a Milei sobre la Gran Depresión de 1929, desafiándolo a explicar cómo se había superado. Con una mezcla de ironía y seriedad, el presentador recordó que fue la inyección de gasto público la que revitalizó a Estados Unidos, sugiriendo que una estrategia similar podría ser la solución para Argentina. La respuesta de Milei, que se quedó en la superficie y se basó en su habitual retórica libertaria, no logró convencer a la audiencia.
El ambiente se tornó tenso cuando Yayo insistió en que Milei no había aportado nada nuevo al debate económico actual, cuestionando su falta de publicaciones relevantes sobre el tema. La atmósfera se electrizó a medida que el humorista subrayaba la importancia de la preparación académica en la política, mientras Milei, visiblemente incómodo, intentaba defender su postura.
La conversación se tornó aún más picante cuando Yayo hizo alusión a otros personajes del espectáculo y la política, creando un mosaico de referencias culturales que resonaron con el público. La crítica mordaz de Yayo, combinada con su aguda percepción de la realidad económica del país, dejó a Milei en una posición vulnerable, incapaz de articular respuestas coherentes.
El debate culminó en un aplauso ensordecedor del público, que aplaudió la valentía de Yayo al confrontar a un candidato que, a pesar de su popularidad, parece no estar a la altura de los desafíos que enfrenta Argentina. Con un cierre contundente, Yayo demostró que la economía no es un juego, y que la política necesita más que carisma para abordar los problemas reales del país.