**Título: BUKELE ESTALLÓ EN ARGENTINA Y MILEI QUEDÓ IMPACTADO**
En un encuentro electrizante en el Senado argentino, el presidente salvadoreño Nayib Bukele dejó a todos boquiabiertos al compartir su experiencia en la lucha contra la violencia en El Salvador. “Pasamos de ser el país más peligroso del mundo a un lugar donde la seguridad ha mejorado drásticamente”, afirmó, mientras su voz resonaba en la sala repleta de legisladores y periodistas.
Bukele, acompañado de su comitiva, destacó que la tasa de homicidios en El Salvador había alcanzado niveles alarmantes, con 103 homicidios por cada 100,000 habitantes. Sin embargo, gracias a un plan de siete fases implementado por su gobierno, la situación ha cambiado radicalmente. “Tuvimos que actuar rápido y decidido”, comentó, refiriéndose a la ofensiva contra las pandillas que habían desatado una ola de violencia en el país.
La tensión en el ambiente se palpaba mientras el presidente detallaba las estrategias que llevaron a la detención de miles de pandilleros. “No solo se trataba de arrestar, sino de proteger a nuestra gente”, enfatizó, aludiendo a la responsabilidad del estado en garantizar la seguridad de sus ciudadanos. La senadora de Santa Fe, Victoria Villarruel, no pudo evitar identificarse con el sufrimiento que describió Bukele, resaltando la creciente problemática del narcotráfico en su propia provincia.
El presidente salvadoreño también abordó la necesidad de crear incentivos positivos para los jóvenes, quienes a menudo se ven tentados por el crimen debido a la falta de oportunidades. “Estamos trabajando en la inclusión y la educación”, explicó, mientras su mirada reflejaba determinación.
El diálogo entre ambos líderes dejó claro que, pese a las diferencias en sus contextos, la lucha contra la delincuencia y la búsqueda de un futuro más seguro son desafíos universales. La jornada concluyó con un renovado compromiso de colaboración entre Argentina y El Salvador, marcando un hito en las relaciones bilaterales. La historia de Bukele se convierte en un faro de esperanza, mientras Argentina enfrenta sus propias batallas en el ámbito de la seguridad.