En un suceso que ha dejado a todos sin aliento, Ernesto Barajas, el icónico vocalista de Enigma Norteño, se movió en pleno velorio, desatando una ola de incredulidad y terror entre los presentes. Testigos atónitos relatan cómo, en medio de la solemnidad del evento, el cuerpo de Barajas experimentó un leve estremecimiento, un movimiento que desafiaba toda lógica y que nadie pudo ignorar.
Los familiares, amigos y músicos se encontraban rodeando el ataúd cuando, de repente, el brazo derecho de Ernesto se levantó ligeramente y su torso tembló de manera inquietante. El silencio se volvió denso, y los murmullos de confusión comenzaron a llenar la sala. “Se movió”, susurró un músico con voz temblorosa, mientras las lágrimas y el miedo se apoderaban de los asistentes.
El forense intentó calmar la situación explicando que ciertos reflejos pueden ocurrir después de la muerte, pero sus palabras se perdieron en medio del pánico. La atmósfera se tornó caótica, con gritos y sollozos resonando en el aire. Algunos familiares se arrodillaron junto a la taud, mientras otros se cubrían el rostro, incapaces de contener su dolor y sorpresa.
Lo que comenzó como un acto de despedida se transformó en un evento histórico, capturando la atención de los medios y las redes sociales. Videos y fotos del momento comenzaron a circular, y la noticia se expandió como un incendio incontrolable. “Ernesto Barajas se movió en pleno velorio”, repetían los titulares, mientras la incredulidad se apoderaba de todos.
Este fenómeno inexplicable ha dejado una huella imborrable en quienes presenciaron el suceso. La sensación de que Barajas aún estaba presente, incluso en la muerte, ha generado un aura de misterio y fascinación. La comunidad de fans y los medios continúan especulando sobre el significado de aquel movimiento, mientras los testigos luchan por procesar lo que vivieron en ese instante aterrador y asombroso.
Ernesto Barajas, a través de su último estremecimiento, ha desafiado a la muerte y ha dejado un legado que perdurará en la memoria colectiva. La historia de su movimiento en el velorio se convertirá en leyenda, un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la fuerza del espíritu humano.