La prensa alemana ha emitido un veredicto devastador sobre Pedro Sánchez, exigiendo su dimisión inmediata. El prestigioso diario “FAZ” ha señalado al presidente del Gobierno español como un líder sin peso en la política global, atrapado en escándalos de corrupción y en una debilidad parlamentaria que ha marcado su gestión. En un artículo incisivo, se destaca el creciente aislamiento internacional de Sánchez, evidenciado por su negativa a aumentar el gasto en defensa exigido por la OTAN. Esta decisión le ha costado su exclusión de las conversaciones estratégicas sobre Ucrania, donde otros líderes europeos se reúnen para discutir soluciones diplomáticas en Berlín y Washington.
Mientras la comunidad internacional debate sobre crisis cruciales, la imagen que proyecta Sánchez es la de unas vacaciones en Lanzarote, un gesto que el “FAZ” califica de desconexión absoluta con la realidad. La crítica se extiende a su uso de la política de defensa como una maniobra para contentar a sus socios parlamentarios, sacrificando así su capital político en el ámbito europeo y estadounidense.
La caída en desgracia de Sánchez es palpable. De ser considerado un aliado confiable por figuras como Merkel y Biden, ha pasado a ser visto como un actor irrelevante y peligroso en la nueva escena internacional. El análisis del diario también resalta la fragilidad de su gobierno, sostenido por pactos con separatistas y las tensiones internas que lo acompañan. Con la sombra de la corrupción que persiste sobre su ejecutivo, su credibilidad en Bruselas se ha erosionado.
La sentencia del “FAZ” es clara: Pedro Sánchez ha perdido influencia tanto dentro como fuera de España, y su figura está cada vez más cuestionada. La presión aumenta, y el tiempo corre. La pregunta ahora es: ¿cuánto tiempo le queda en el poder?