La carrera de Manuel Mijares, una de las voces más emblemáticas de la música romántica latina, ha estado marcada por un sorprendente viaje lleno de éxito, pero también de secretos y controversias que han dejado a sus seguidores atónitos. Nacido el 7 de febrero de 1958 en la Ciudad de México, Mijares creció en un hogar donde la música siempre fue parte esencial de su vida, aunque inicialmente la veía como un simple pasatiempo.
A pesar de las dudas sobre su futuro, su talento fue reconocido a lo largo de su trayectoria, sobre todo después de participar en un festival universitario que cambió su vida. Su primera gran oportunidad llegó cuando firmó con una discográfica, lo que lo catapultó al estrellato con el lanzamiento de su álbum debut en 1985. Canciones como “Bella” lo convirtieron en un ícono de la música romántica, y su carrera despegó rápidamente.
Sin embargo, detrás de su éxito hay una historia más compleja. Su matrimonio con la también cantante Lucero, una de las parejas más queridas del entretenimiento, y su posterior separación en 2011, dejaron una huella significativa en su vida personal y profesional. A pesar de su divorcio, ambos han mantenido una relación cordial, colaborando en proyectos y demostrando que el respeto perdura más allá de la ruptura.
A lo largo de los años, Mijares ha sabido adaptarse a los cambios de la industria musical, enfrentándose al reto de la era digital y manteniendo su esencia romántica. Su capacidad para conectar emocionalmente con el público ha sido clave en su longevidad en el mundo del espectáculo. Hoy, su legado continúa vivo, no solo a través de su música, sino también por la admiración que sigue generando entre sus seguidores. La revelación de estos aspectos de su vida ha dejado a muchos reflexionando sobre el verdadero hombre detrás del artista, un viaje que va mucho más allá de las luces del escenario.