En el mundo del reguetón, no es raro ver a artistas acusados de plagio. Recientemente, se han destapado varias controversias que involucran a reconocidos exponentes del género, lo que ha generado un debate encendido en las redes sociales. Uno de los casos más notorios es el de Bad Bunny, quien se vio envuelto en problemas legales tras el reconocimiento de Missy Elliott, quien le advirtió que su canción contenía un sample de su trabajo. Mientras que Bad Bunny se quedó con solo el 1% de las ganancias, la legendaria rapera se quedó con el 90%, lo que desató un torrente de críticas.
Por su parte, Karol G también ha estado en la mira después de que René Lorente la acusara de plagiar su tema “Algo diferente”. Aunque Karol G insiste en que fue una coincidencia, Lorente demandó por 3 millones de dólares, alegando que no solo le robaron la melodía, sino también su tranquilidad. Este tipo de acusaciones no son nuevas en el reguetón, donde la línea entre la inspiración y el plagio a menudo se difumina.
Otros artistas, como Daddy Yankee, Justin Quiles y El Alfa, también enfrentaron problemas legales por el tema “Pam”, al que un cantante dominicano reclamó como propio. El escándalo continuó con los Guachiturros, quienes se vieron obligados a responder a las acusaciones de Rey Pirín por su canción “Tírate un paso”. La situación se complicó aún más cuando la artista peruana Monique Pardo acusó a Ozuna de copiar su estética en su videoclip “Caramelo”.
Jay Balvin no escapó de la controversia. Su éxito “Loco Contigo” lo llevó a enfrentar acusaciones en Panamá, lo que resultó en la congelación de sus regalías mientras las autoridades investigaban. La industria del reguetón parece estar atrapada en un ciclo de inspiración y disputas legales, dejando a los fanáticos preguntándose qué es original y qué no. La próxima vez que escuches un tema que te suene familiar, podría ser el resultado de un legado creativo muy debatido.