**Hace 17 días, la música dominicana perdió a uno de sus más grandes íconos: Rabi Pérez. La tragedia del colapso de la discoteca Jetset dejó una herida profunda en el corazón de la nación y, ahora, su novia, Lady Altagracia Rosario, revela una verdad desgarradora que cambiará la forma en que recordamos al artista.**
Rabi Pérez, conocido como la “voz más alta del merengue”, falleció en un devastador accidente que cobró la vida de más de 220 personas. Su muerte no solo fue una tragedia personal para su familia y amigos, sino un golpe brutal para toda la República Dominicana, que lloró la pérdida de un verdadero embajador de su cultura. Pero lo que pocos saben es que horas antes del fatal evento, Rabi había decidido cambiar sus planes para estar con Lady Altagracia, provocando una cadena de eventos que culminó en el desastre.
Lady Altagracia, consumida por la culpa, revela que su deseo de estar juntos llevó a Rabi a la discoteca esa noche fatídica. “No sé cómo seguir”, confiesa entre lágrimas, mientras lucha con la carga emocional de saber que su anhelo de amor pudo haber influido en su fatal destino. La conmoción y la tristeza se sienten en cada palabra, resonando con la profunda conexión que compartían.
El funeral de Rabi se transformó en una celebración nacional, donde miles de fans rindieron homenaje a un artista cuya música trascendía generaciones. La familia, unida en el dolor, abrazó a Lady Altagracia, reconociendo el amor genuino que habían compartido. “Papá eligió ser feliz,” dijo su hija Sulinka, subrayando la resiliencia del amor en medio de la tragedia.
Mientras la nación se une para recordar a Rabi, las investigaciones sobre el colapso de la discoteca continúan, y la presión por justicia crece. La música de Rabi, que siempre habló de esperanza y amor, se convierte ahora en un símbolo de unión, resonando más fuerte que nunca en los corazones de su pueblo. La historia de Rabi Pérez no termina aquí; su legado sigue vivo, una poderosa lección de amor y resiliencia en tiempos de dolor.