**Título: Una amante despechada? La versión más oscura del escándalo Diego Moranzoni: ajuste de cuentas**

El escándalo que envuelve al periodista Diego Moranzoni ha estallado en las redes sociales, generando un aluvión de especulaciones y acusaciones que amenazan con destruir su carrera. La abrupta salida de Moranzoni de Crónica TV ha desatado un torbellino de rumores que van desde una supuesta estafa en una colecta solidaria hasta la posibilidad de un ajuste de cuentas personal, supuestamente orquestado por una examante desilusionada.

La controversia comenzó cuando Griselda, una mujer que había mantenido una relación cercana con Moranzoni, lo acusó de mal manejo de fondos en una colecta, alegando que había recibido 250,000 pesos. Sin embargo, la cifra ha sido objeto de debate, con algunos medios sugiriendo que se trataba de millones. A medida que la situación se intensificaba, surgieron insinuaciones sobre una relación íntima entre Moranzoni y Griselda, lo que llevó a la especulación de que el conflicto pudiera ser de naturaleza más personal que financiera.

La esposa de Moranzoni, Rosana Olivera, ha defendido a su marido en medio de la tormenta mediática, afirmando que Diego siempre ha sido solidario y que la acusación es una traición. En un emotivo testimonio, Olivera expresó su angustia por el impacto del escándalo en su familia, revelando que su hijo de ocho años se enteró de la situación a través de TikTok.

Mientras tanto, Moranzoni intenta limpiar su nombre mostrando evidencias de su inocencia, incluyendo mensajes y transferencias, y argumenta que todo fue un malentendido. Sin embargo, el ambiente de desconfianza se ha apoderado de la situación, con fuentes cercanas al periodista sugiriendo que había tensiones previas en su relación con Griselda.

A medida que las piezas del rompecabezas se ensamblan, la pregunta persiste: ¿es este un simple escándalo mediático o hay algo más oscuro detrás de las acusaciones? La historia de Moranzoni parece estar lejos de concluir, y el impacto de este escándalo podría ser devastador no solo para su carrera, sino también para su vida personal.