**Título: LAWFARE en América Latina: ¿QUÉ ES y CÓMO FUNCIONA?**
En un giro alarmante de los acontecimientos políticos en América Latina, el término “lawfare” ha cobrado una relevancia inquietante, revelando cómo el sistema judicial se ha convertido en un arma política. Este fenómeno, que implica la utilización del poder judicial para deslegitimar adversarios políticos, ha sido denunciado por líderes de diversas ideologías, desde Cristina Kirchner en Argentina hasta Lula da Silva en Brasil.
La reciente decisión de la Corte Suprema argentina de condenar a Kirchner a seis años de prisión e inhabilitación perpetua ha reavivado el debate sobre el lawfare. Observadores han señalado que la falta de pruebas contundentes y las irregularidades en el proceso judicial son indicativas de un uso político del sistema. La filtración de información a medios afines a la derecha y la sincronización de decisiones judiciales con momentos clave del calendario electoral sugieren una manipulación deliberada.
Este fenómeno no es exclusivo de Argentina. En Guatemala, el caso del ex presidente Álvaro Colom y en Panamá, las acusaciones contra Ricardo Martinelli muestran patrones similares. En Nicaragua y Venezuela, la judicialización de la política ha llevado a la inhabilitación de candidatos opositores, evidenciando un uso sistemático de la justicia para eliminar la competencia política.
El lawfare se ha convertido en una herramienta de control político, erosionando la presunción de inocencia y distorsionando la percepción pública a través de la desinformación. En un contexto de democracias frágiles y sistemas judiciales politizados, el lawfare amenaza con desestabilizar aún más la región, convirtiendo la lucha política en un campo de batalla judicial.
El tiempo apremia y la comunidad internacional debe prestar atención a estos desarrollos. La legitimidad de las democracias en América Latina está en juego, y el lawfare podría ser la nueva forma de golpe de estado del siglo XXI.