Un nuevo escándalo ha resurgido en la esfera política y mediática argentina, centrado en los mensajes secretos intercambiados entre la actriz Florencia Peña y el expresidente Alberto Fernández durante el año 2020, en plena pandemia. La controversia ha vuelto a captar la atención del público y ha desatado una ola de críticas en las redes sociales.
Según informes, el primer contacto entre Peña y Fernández se produjo a través de un mensaje privado en Twitter, donde la actriz manifestaba su preocupación por la situación de los artistas, quienes enfrentaban la suspensión de obras y programas de televisión. En su mensaje, Peña ofrecía ideas para ayudar a sus colegas en un momento crítico. La respuesta de Fernández llegó días después, mostrando disposición a escuchar las propuestas de la actriz.
La conversación, que continuó por WhatsApp, llevó a Peña a ser invitada a la Quinta de Olivos, donde supuestamente se le otorgó un permiso formal para circular, aunque ya contaba con uno por razones familiares. Sin embargo, el contexto de estos encuentros ha generado suspicacias y especulaciones, especialmente en Twitter, donde se han lanzado acusaciones infundadas contra la actriz, sugiriendo que sus intenciones podrían no haber sido del todo altruistas.
Los mensajes filtrados han revelado un intercambio que incluye frases como: “Alberto, perdón mi atrevimiento, sé que estás a cuatro manos, pero algo tenemos que hacer por los compañeros actores”. La respuesta de Fernández, días después, insinuaba que no había una predisposición general para ayudar a los artistas.
Este escándalo ha reavivado el debate público sobre la relación entre figuras del entretenimiento y la política, así como el papel de las redes sociales en la difusión de rumores y acusaciones. A medida que la situación se desarrolla, la atención de los medios y la opinión pública se centra en las implicaciones de estos encuentros y en la respuesta de los involucrados. La polémica está lejos de resolverse, y se espera que surjan más detalles en los próximos días.