Compromís ha dado un golpe devastador a Yolanda Díaz, rompiendo su alianza con un aplastante 92,68% de apoyo en el Consejo Nacional. La formación valencianista, que ha decidido abandonar el grupo parlamentario de Sumar, deja a Díaz con un diputado menos en el Congreso, debilitando aún más el ya frágil equilibrio del gobierno de Pedro Sánchez. La diputada Águeda Micó ha confirmado su integración en el grupo mixto, marcando un punto de inflexión que podría reconfigurar el panorama político en España.
Este cisma se produce tras semanas de tensiones internas por la falta de firmeza del ejecutivo ante la gestión de la Dana, donde Sánchez se ha negado a comparecer. Micó ha dejado claro que la nueva estrategia de Compromís se centrará en exigir responsabilidades por la corrupción y señalar al Partido Popular Valenciano de Carlos Mazón. La ruptura no solo revela fracturas externas entre partidos, sino también profundas divisiones internas en Compromís, donde Alberto Ibáñez ha optado por mantenerse leal a Yolanda Díaz, defendiendo la agenda progresista.
La salida de Compromís reabre heridas en el bloque de la izquierda, que ya había sufrido con la salida de Podemos hace un año. Sumar pierde nuevamente apoyos, esta vez con un impacto territorial significativo. La voz valencianista se fragmenta en Madrid, y el bloque de investidura pierde cohesión, lo que podría tener repercusiones críticas para el futuro del gobierno.
Desde el entorno de Yolanda Díaz, se han intentado frenar estas deserciones con concesiones de última hora y una comparecencia pactada de Sánchez, pero nada ha sido suficiente. Compromís ha optado por ganar visibilidad por su cuenta en un momento en que el gobierno se encuentra debilitado por escándalos y falta de liderazgo. Pedro Sánchez ha perdido un apoyo más, y la situación se torna cada vez más alarmante. El barco parece estar comenzando a hundirse, y las ratas son las primeras en abandonar.