El Ayuntamiento de Madrid ha causado un verdadero escándalo al contratar a la youtuber Esti Quesada, conocida como Soy una pringada, para su programación cultural de Los Veranos de la Villa. Esta decisión ha desatado una tormenta política, ya que Quesada ha sido señalada por sus incendiarias declaraciones y bromas sobre el terrorismo, incluyendo comentarios que incitan al odio político.
La cita programada para el 5 de agosto en el parque de la Bombilla ha encendido las alarmas, especialmente en el grupo municipal de Vox, que ya ha exigido explicaciones al alcalde José Luis Martínez Almeida. Consideran que esta contratación es una vergonzosa rendición ante la extrema izquierda, que banaliza el terrorismo y promueve la violencia. La controversia no es menor: Quesada ha trivializado el dolor de las víctimas del terrorismo con chistes inapropiados y ha manifestado abiertamente que “hay que matar a Vox”, justificando la violencia en ciertos contextos.
El escándalo ha puesto en jaque la imagen de Almeida, quien se ha presentado como un líder moderado y sensato. La pregunta que resuena en el aire es cómo el Ayuntamiento ha decidido financiar con dinero público a una activista que coquetea con el odio y la apología del terrorismo. La indignación pública es palpable y las exigencias de rectificación son urgentes.
Este suceso no solo pone en entredicho la gestión del Ayuntamiento, sino que también plantea serias dudas sobre los valores que se promueven desde las instituciones. La presión está aumentando, y la respuesta del alcalde no puede tardar. La polémica está servida y la comunidad espera respuestas claras y contundentes.