**Título: La Furia de Milei: ¿Yuyito González, la Pastora que lo Hizo Explotar?**

El escándalo está servido y las redes sociales arden con la noticia que sacude el panorama político y mediático argentino. Yuyito González, la pastora que ha cobrado notoriedad, estaría facturando nada menos que 10,000 dólares por una charla evangelizadora en Estados Unidos. Pero lo que ha encendido la furia de Javier Milei es la sospecha de que ella, en su ascenso, ha utilizado su cercanía con el presidente como un trampolín hacia el éxito.

Según informes recientes, Milei, conocido por su temperamento explosivo, habría estallado al enterarse de la cifra que González está cobrando por su intervención en un evento religioso. Las voces en el entorno presidencial sugieren que el mandatario se siente traicionado, al creer que su imagen fue utilizada para generar ingresos. ¿Es esto un reclamo legítimo o simplemente un ego herido que no soporta ver a su ex aliada brillar sin él?

La relación entre Milei y Yuyito nunca fue convencional; comenzó en la televisión y se transformó en un vínculo de fe, pero ahora parece estar marcada por tensiones y celos. Mientras ella se abre paso en el mundo de la religión y la motivación, él parece recordar que fue él quien la catapultó a la fama. La pregunta que resuena en los pasillos políticos es clara: ¿tiene Milei derecho a una parte de esos 10,000 dólares?

Aunque Yuyito no ha confirmado el monto, su entorno asegura que el contrato está firmado y el evento programado. La conexión con una asesora espiritual de Donald Trump añade un matiz intrigante a esta historia, revelando que el mundo de la fe y el espectáculo se entrelazan de maneras inesperadas.

Mientras el drama se desarrolla, la tensión entre el presidente y la pastora se hace palpable. ¿Estamos ante el inicio de una guerra pública donde el ego y el dinero juegan un papel crucial? Lo cierto es que, en el cruce de estos dos mundos, la historia de Yuyito y Milei está lejos de haber terminado. ¿Quién saldrá victorioso en este nuevo capítulo? Solo el tiempo lo dirá.