**Rusia en ALERTA MÁXIMA: Alemania rompe líneas rojas en su confrontación con Moscú**
Alemania se encuentra en un punto de inflexión crítico, adoptando una postura cada vez más agresiva en su enfrentamiento con Rusia, lo que podría marcar el inicio de una nueva fase en el conflicto europeo. El mayor general Christian Freiding ha instado a su país a prepararse para contramedidas radicales, incluyendo ataques preventivos sobre aeródromos rusos, ante lo que describe como un abrumador avance militar de Moscú.
La situación ha escalado rápidamente desde que la guerra se limitaba a sanciones y declaraciones. Freiding advierte que el potencial aéreo ruso podría crecer a niveles que harían imposible su contención defensiva. En este contexto, Alemania está considerando operaciones ofensivas que podrían cambiar las reglas del juego, utilizando armas de largo alcance para neutralizar la amenaza antes de que se materialice.
Mientras tanto, Francia también intensifica su participación, entrenando pilotos ucranianos para operar aviones Mirage 2000, lo que refuerza la colaboración occidental en el conflicto. La OTAN se muestra decidida a responder de manera contundente ante los movimientos de Rusia, que, según los informes, está aumentando su capacidad de producción militar y pretende desplegar un número significativo de drones en el campo de batalla.
A pesar de la cautela histórica de Alemania, la presión pública y la percepción de la amenaza rusa han llevado a una transformación radical en su enfoque. Sin embargo, las acciones alemanas no están exentas de riesgos; cualquier ofensiva podría convertir a Berlín en un objetivo legítimo para represalias rusas, un escenario que los estrategas alemanes deben considerar cuidadosamente.
La combinación de fuerza militar y sanciones económicas es la estrategia predominante de Alemania, pero la efectividad de estas medidas se ha visto comprometida por la resiliencia de la industria rusa y su capacidad para encontrar aliados. A medida que las tensiones aumentan, la comunidad internacional observa con preocupación cómo cada paso en este delicado tablero puede llevar a una escalada irreversible del conflicto. La pregunta que persiste es si Alemania está preparada para asumir las consecuencias de convertirse en un objetivo militar en este nuevo contexto.