**China amenaza a la OTAN: Rusia no está sola y Kallas humillada**
En un giro inesperado y contundente en el tablero geopolítico, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, dejó claro en Bruselas que su país no desea la derrota de Rusia en la guerra de Ucrania. Durante una reunión maratónica con la alta representante de la Unión Europea, Kaja Kallas, Wang afirmó que la prolongación del conflicto podría beneficiar a Pekín al mantener a Estados Unidos distraído en Europa, evitando así su atención en el Pacífico.
La tensión en la sala era palpable mientras Wang se dirigía a Kallas con una franqueza que sorprendió a muchos funcionarios europeos. “China no apoya materialmente a Rusia”, insistió, pero su mensaje era inequívoco: una victoria ucraniana no es del interés de Pekín. La reunión, que se extendió por cuatro horas, se interrumpió solo para una cena, pero dejó un rastro de inquietud en el aire.
Las palabras de Wang resonaron como un eco de advertencia. La UE, que se prepara para sancionar a dos bancos chinos por su supuesta colaboración con Rusia, se enfrenta a una respuesta contundente de Beijing. “Tomaremos represalias”, prometió Wang, desafiando abiertamente a Europa en un momento en que la cooperación parece tambalearse.
El encuentro no solo marcó una escalofriante reafirmación de la alianza entre China y Rusia, sino que también evidenció una creciente impaciencia de Pekín hacia las políticas europeas. Con una cumbre crucial entre la UE y China programada para finales de julio, el futuro de las relaciones diplomáticas se cierne en la incertidumbre. La percepción de que China podría alejarse de Rusia se ha desvanecido, dejando a Europa en una posición vulnerable.
A medida que los ecos de esta reunión se disipan, queda claro que la geopolítica está en un punto de inflexión, donde las alianzas se redefinen y las advertencias se vuelven más audaces. La pregunta que persiste es: ¿qué pasos dará la UE ante este desafío sin precedentes?