Pedro Sánchez ha sufrido un duro revés en el Congreso, donde su esperado decreto ‘Antiapagones’ ha sido rechazado de manera contundente con 177 votos en contra. Este fracaso no solo pone en jaque su agenda legislativa, sino que también revela la precariedad de su gobierno, que ha pasado de contar con una coalición de apoyos a mendigar una simple abstención que no llegó. Ni siquiera sus antiguos aliados han respaldado la propuesta, dejando a Sánchez en una posición extremadamente vulnerable.
El rechazo del decreto llega tras el histórico apagón del 28 de abril, un colapso eléctrico sin precedentes en décadas. La falta de explicaciones claras y la ausencia de responsabilidad política por parte del gobierno han sido determinantes en esta derrota. Fuentes del Partido Popular han dejado claro que, aunque Sánchez tuvo los votos para llegar al poder, ahora carece del apoyo necesario para continuar gobernando. La situación se agrava aún más con la inminente decisión del Tribunal Supremo sobre la prisión del ex número tres del PSOE, Santos Cerdán, mientras el gobierno esquiva otras votaciones por miedo a nuevas humillaciones.
La falta de aliados y la incapacidad de avanzar en reformas clave, como la reforma judicial o la jornada laboral, evidencian un ejecutivo agotado y desorientado. En contraste, el Partido Popular ya ha presentado una alternativa legislativa robusta para garantizar la inversión energética, dejando a Sánchez en una posición de aislamiento político. Con elecciones en el horizonte, el PP exige un cambio urgente, recordando que no es su responsabilidad rescatar a un presidente que ha visto caer su prestigio institucional en picado.
La situación es crítica: el futuro del gobierno de Sánchez pende de un hilo, y la presión para actuar se intensifica. La única victoria legislativa en lo que va de mandato ha sido la ley de amnistía, mientras todo lo demás se ha esfumado. Sánchez ha fracasado una vez más, y su gobierno se encuentra al borde del colapso.