**Pepe Cibrián: El Dolor de un Ícono del Teatro Argentino al Ser Olvidado en los Martín Fierro**
En un giro inesperado que ha sacudido el mundo del teatro argentino, Pepe Cibrián, una de las figuras más emblemáticas del género musical, ha expresado su profunda angustia tras no ser invitado a la primera ceremonia de los Martín Fierro de Teatro, celebrada el pasado 23 de junio. A sus 77 años, el director y productor se sintió herido y comparó su exclusión con la falta de reconocimiento hacia Fabaloro, un ícono de la medicina nacional, afirmando: “Soy el Fabaloro de mi profesión”.
La ausencia de Cibrián ha generado un torbellino de reacciones en el ámbito artístico. Mientras que la organización del evento justificó la falta de invitación por cuestiones presupuestarias, esta explicación ha sido recibida con escepticismo y descontento. Cibrián, conocido por obras icónicas como “Drácula”, argumenta que su trayectoria y contribuciones al teatro argentino merecían al menos un gesto de reconocimiento, aunque fuera como espectador.
Luis Ventura, presidente de Aptra, ha respondido a las críticas con dureza, sugiriendo que Cibrián no debería “colgarse del Martín Fierro”. Esta respuesta ha intensificado la controversia, evidenciando una grieta entre la institución y uno de sus más grandes referentes. Las especulaciones sobre las razones detrás de esta omisión se multiplican: ¿fue realmente una cuestión de presupuesto o se priorizó a nuevos talentos en detrimento de las leyendas?
Las redes sociales han estallado en apoyo a Cibrián, con colegas y seguidores levantando pancartas virtuales que claman por su reconocimiento. Desde su perspectiva, el dolor no proviene del ego, sino de un amor profundo por el teatro y el legado de quienes lo han construido. “Me duele no por mí, sino por mis padres, por todos los que nombré”, expresó Cibrián, recordándonos la importancia de honrar la memoria artística de un país que se reinventa cada temporada.
Este episodio invita a una reflexión crucial: ¿deben los premios priorizar la historia o la novedad? La respuesta podría redefinir el futuro del reconocimiento en el teatro argentino.