En un tenso enfrentamiento en el Parlamento Europeo, el presidente español Pedro Sánchez fue severamente cuestionado por el eurodiputado alemán, dejando al mandatario en una situación crítica y expuesta. La escena fue electrizante: Sánchez, quien llegó con la intención de recibir aplausos, se vio obligado a enfrentar duras críticas sobre su gestión y su reciente propuesta de amnistía en España, que ha generado preocupación en Europa.
El eurodiputado no escatimó en palabras al señalar que, si el Consejo Europeo fracasa esta semana, será un fracaso también para Sánchez. La división en Europa sobre el apoyo a Ucrania y la respuesta a los ataques de Hamas a Israel se puso de manifiesto, con Sánchez siendo acusado de no cumplir con los principios democráticos. La pregunta crucial que quedó en el aire fue: ¿puede un líder prometer una amnistía a solo días de las elecciones?
La tensión aumentó cuando el eurodiputado recordó a Sánchez que su predecesor se opuso públicamente a la amnistía, advirtiendo del riesgo que representa para la Constitución española. La preocupación por la separación de poderes en España fue otro punto candente, y la posibilidad de que se inicie una investigación en el Parlamento Europeo sobre la situación en España se planteó como una amenaza inminente.
El clímax del debate llegó cuando Sánchez, en un acto de desprecio, ignoró las palabras del eurodiputado, alejándose entre risas y selfies, dejando a la audiencia atónita. “Este es nuestro presidente”, se escuchó entre aplausos y murmullos de incredulidad. La Eurocámara, una vez más, se convirtió en el escenario de un choque de titanes, donde la democracia y el respeto se pusieron a prueba. La pregunta que resuena ahora es: ¿cómo responderá Sánchez a esta creciente presión internacional? Europa observa con atención.