El estratega ha afirmado que cada nuevo escándalo legal y cada arranque de ira de Trump están erosionando su base de apoyo, incluso entre quienes antes lo defendían fervientemente. Con su estilo directo, Carville ha pintado a Trump como un “boxeador aturdido” que sigue lanzando golpes a un rival ya derrotado, capturando la percepción de que el expresidente se aferra a tácticas obsoletas en un entorno político que ha empezado a avanzar sin él.